Cocción y técnica

Cómo preparar tu propio queso casero

Descubrí el paso a paso de la preparación del queso casero, su historia y cómo lo podés utilizar en recetas de sal y de dulce.

Queso casero en una cuchara de madera

¿Por qué no aprender a preparar uno de los alimentos más básicos de la cocina? 

Adorado queso, ¿qué seríamos de nosotros sin ti? Seco, húmedo, derretido, fermentado, granuloso, vivís en todas tus formas. Siempre es un gusto encontrarte cuando abrimos el freezer, y cómo te extrañamos cuando te acabás… aunque, eso no parece ser un problema para quienes saben cómo fabricarte.  

Quesos hay en todo el mundo y de todos los sabores: brie, gouda, cheddar, campesino, ibérico, azul, parmesano, feta, holandés, búfala, mozzarella y podríamos quedarnos unos minutos más enlistando el centenar de variedades que se han creado a lo largo de la historia.  

En honor a uno de los alimentos más queridos, hoy vamos a enseñarles cómo preparar su propio queso casero. La idea es que vayamos paso a paso por el proceso y conozcan un poco más sobre este ingrediente, tan básico en todas las cocinas del mundo.  

¿QUÉ ES EL QUESO Y CUÁL ES SU HISTORIA?  

El queso es un alimento que nace de la fermentación, el cuajado, el desuerado y la maduración de una leche animal, que puede ser de vaca, de cabra, de búfala o de oveja, entre otros. El resultado depende de la calidad de la leche, los métodos de elaboración, los tiempos y temperaturas a las que se mantiene el sólido y el grado de madurez alcanzado.  

Dicen que el primer registro de la producción de queso en la historia es de hace más de 8000 años, lo que evidencia el tiempo que ha perdurado en nuestra dieta básica. 

Aunque las grandes productoras de queso cuentan con fábricas y maquinarias que permiten un mejor desarrollo del producto, este es un alimento que podés preparar desde casa y depende de ti cuánto tiempo lo quieres dejar madurar, qué tan salado te gusta y cómo utilizarlo en tus preparaciones.  

Después de explicarte un poco sobre la historia del queso, es hora de que nos adentremos en la elaboración. ¡Ya podés entrar a tu cocina para empezar a crear el primer queso de tu vida! 

RECETAS CON QUESO:

  

PREPARA QUESO CASERO CON CUATRO INGREDIENTES 

Cocinar nuestros propios alimentos permite que los productos que consumamos sean más sanos y, además de ahorrar dinero, nos damos el gusto de aprender algo nuevo.  

Para empezar, los ingredientes que vas a necesitar para la preparación del queso son:  

  • Leche fresca: lo ideal sería usar una leche lo menos tratada posible, debido a que eso determinará la consistencia del producto final. Si no conseguís leche fresca, es mejor que uses leche pasteurizada que leche UHT (Ultra high temperature, lo que significa que ha sido procesada a temperatura alta). ¿Entera, semidescremada o descremada? Entre estas tres, lo más recomendable es usar la entera.  
  • Limón o vinagre: tan solo necesitás media taza, lo que va a permitir que el queso tenga una consistencia más cremosa y la leche cuaje bien en el proceso.  
  • Sal: solo necesitás una cucharadita, pero todo queda en gustos. Recuerda probar antes para ajustar la sal según tu preferencia.  
  • Yogurt natural o crema agria: este es un ingrediente opcional, pero sin duda le dará más consistencia al producto final.   
Torre de queso casero

Ahora que ya sabés los ingredientes que necesitás, que no son muchos y los podés encontrar en tu freezer fácilmente, empecemos a hablar sobre la receta de cómo preparar queso. 

Te contamos algunos tips para preparar todo tipo de calzone. 

Paso a paso de cómo hacer queso casero 

1. Prepara la leche: como ya repasamos, lo ideal es que utilices leche fresca y si no, que sea entera. Lo primero que tenés que hacer es colocar la leche en una olla (preferiblemente, una de acero inoxidable) lo suficientemente grande como para que toda la mezcla quepa.  

La empezás a calentar en un fuego medio-alto y cuando esté caliente, sacás una taza de leche para mezclarla con el yogurt. Antes de que la olla con leche empiece a hervir, apagás el fuego. Dejás reposar un minuto y luego le añadís la taza revuelta con leche y yogurt, y el vinagre o el jugo de limón. Con el fuego apagado, sigues mezclando y verás cómo se va formando la cuajada, separándose del suero.  

2. Extrae el suero del queso: Con la ayuda de un colador, vas a separar la cuajada del suero del queso. Al final, este suero no lo necesitamos para nuestra preparación, entonces lo puedes usar en lo que quieras o desecharlo. Lo más importante es que drenemos el queso, para que su consistencia y su sabor se conserven en el sólido.  

3. Amasa: una vez eliminamos el suero del queso, es hora de comenzar a amasar y aplastar la masa de queso. En este paso le agregamos la sal y empezamos a mezclar. Si querés experimentar un poco con tu queso, este es el momento ideal para hacerlo. Algunos le agregan mantequilla, previamente derretida en una sartén, y otros le agregan algunas especias para darle más potencia a su sabor.  

Entre más líquido eliminés del queso, menos humedad y más consistencia tendrá. El resultado final va en gustos. Si preferís que el queso quede un poco más grumoso, lo podés amasar poco tiempo; pero si preferís un queso más duro y firme, amásalo todo lo que puedas.  

4. Retira, deja enfriar y conserva: después de lograr la textura de queso que quieras, dejás enfriar unos 10 minutos la masa de queso y lo envolvés en papel film. Lo llevas al refrigerador y lo dejás ahí por lo menos 24 horas antes de consumirlo.  

Estos son los ingredientes que no pueden faltar en tu heladera.  

Lasagna de queso casero y espinaca

Consejo sobre cómo conservar el queso 

Ya se dieron cuenta de lo fácil que es preparar el queso, pero hay algo que deben tener en cuenta: es un alimento delicado. Por tanto, debemos aprender muy bien cómo cuidarlo para que se mantenga fresco y no se estropee en un par de días.  

Muchos trucos se conocen sobre cómo cuidar este alimento, como poner un trozo de papel de cocina debajo del queso (para absorber todo el líquido que pierde a lo largo de los días) o bañarlos en aceite vegetal para conservar su sabor y su textura. Estos consejos funcionan muy bien, si eres disciplinado para cambiar el papel todos los días o si tenés suficiente aceite para guardarlos.  

Sin embargo, una de las sugerencias más prácticas es envolver el queso en papel de horno o, en su defecto, aluminio. Esto permitirá que el queso respire, pero no se seque. De esta manera, tu queso tendrá la textura de siempre.  

¿EN QUÉ RECETAS PUEDO UTILIZAR MI PROPIO QUESO?  

El queso es uno de los ingredientes fundamentales de la gastronomía de muchas cocinas en el mundo; es imposible imaginar una pasta sin queso parmesano, una hamburguesa sin queso cheddar o dejar en el olvido postres como el cheesecake o una tarta de queso ricota.  

Por eso, después de preparar nuestro queso casero podemos intentar muchísimos platos con este nuevo insumo. Aquí te dejamos algunas ideas para que lo probés en tu cocina.  

  • Crema de queso: si tenés mucho queso y no sabés cómo gastarlo, podés cortarlo en fetas, juntarlo con unas rebanadas de pan en una olla honda y calentar hasta llevar a ebullición el caldo. Podés agregarle una hierba aromática y servir con un par de tus panes favoritos.  
  • Lasagna de berenjenas con queso crema y queso parmesano: la lasagna es un clásico italiano que nunca pasa de moda y para esta no necesitás carne molida, sino que lo puedes reemplazar por unas berenjenas asadas. Cortás el queso en tajadas y hacés pequeñas torres intercalando con la pasta y luego, lo llevás al horno.  
  • Croquetas de queso: esta es una receta francesa clásica, que puede ser acompañada por una salsa tártara. Lo más delicioso de estos bocaditos es lo crujientes que son, además del placer de ver el queso estirarse en la primera mordida.  
  • Dip de queso con brócoli y pepinillos: unos nachos o unos panes no se pueden comer así, solos, sin salsa. Aquí te dejamos una opción ideal para acompañarlos. Para espesar la salsa podés usar harina o un poco de Crema de Leche LA LECHERA®. 
Dip de queso casero con pan tajado
  • Pasta pesto con tomate y queso de búfala: esta es una opción ideal si tenés leche de búfala y preparaste ese tipo de queso con el proceso previo. Una pasta pesto (con mucha albahaca y pimentón) siempre queda bien para un espagueti o un penne.  
  • Mozarella con rúcula y miel: el plato más sencillo de la lista, pero de ahí viene su sabor y su delicia. Para este antojo tan solo tenés que cortar queso mozarella, verter miel y añadirle hojitas de rúcula. Es el equilibrio perfecto entre sal, dulce y frescura.  
  • Macarrones con queso: una de las recetas americanas por excelencia. No necesitás de mucho tiempo y tampoco de muchos ingredientes; su preparación dura unos 15 minutos y solo debes tener este tipo de pasta y el queso que más te guste. Disfrutá de este plato para saciar el hambre.  

 

FUENTES: